15 enero 2010
SILENCIO AMOROSO
La espera se convierte en cómplice,
el reloj es hoy mi mejor amigo,
los calendarios mis confidentes,
y mi espera en silencio, en mi cuarto,
me mantiene aquí escribiéndote,
contando mis días, contando mis horas
para al fin estar ya... junto a ti.
Amor de mi tiempo, de mi ser, de mis versos por ti brotados... Nuevamente retorno a la rutina de la escritura después de varios días de ausencia y silencio, mas no de olvido.
Nuevamente mi corazón ordena a mi pluma a plasmar lo que en el alma guarda, porque ganas tiene de hablarte, mas no puede hacerlo mediante un suave susurro a tu oído, tan sólo con estas letras que emanan dentro mío, siendo portavoces de lo que por ti yo siento.
¡Cuánto te amo!
¡Y cuánto te extraño!
¿Sabes? He tenido tiempo suficiente para pensar en todo esto mágico y hermoso; he pensado en ti, he pensado en mí, he pensado en nosotros. Si tan sólo por un pequeño instante te dieras cuenta del mundo, del universo que he creado en mi mente cuando se trata de tenerte en mis más profundos e íntimos pensamientos, te darías cuenta que prácticamente eres lo más esencial en mí: eres mi mundo,
eres mi universo,
eres mi todo.
Quizás los días pueden no ser los mismos. Tenemos bellas mañanas radiantes de sol, avivando de celeste un cielo que le sonríe a los bosques verdes, el color de la esperanza, pero también contamos con tardes grises, opacas, que pueden reflejar la melancolía que se anida dentro nuestro, pero en nuestros corazones las estaciones se vuelven una sola: la de un amor que pasa por todas sus estaciones, coloridas y hermosas como en un comienzo de primavera, radiantes como en los días de verano, tranquilas y a veces misteriosas como en sus tiempos de otoño y frías por momentos para encontrar nuestra propia calidez en los inviernos que invita a estar más unidos que nunca.
Ser feliz cuesta, mi amor,
pero cuando se logra todo es dicha, todo es alegría, todo es hermoso a nuestro alrededor. Por eso busco todas las formas posibles de seguir con esto que llevo dentro, con esto que me impulsa: el buscar las maneras, las formas de estar cerca de ti lo más pronto posible. Quizás por ahora mis letras basten, quizás no pueda hacer mucho, mas luego serán estas mismas letras que te estaré leyendo en nuestro lecho, cuando al fin toda esta dolorosa novela haya acabado y al fin lleguemos al desenlace que tanto deseamos. No me canso, creo que nunca lo haré. Seguiré por ti, seguiré haciendo todo esto porque para mí significa mucho: significa estar contigo. Eso me basta, eso me impulsa, eso me alimenta... eso me inspira.
Sólo letras amor...
Para que sepas...
¡Cuánto te quiero!
Hasta pronto amor mío. Nuevamente retorno a mi rutina de escritura porque así ya lo pedía mi pluma y mi corazón. Y no, no fue una ausencia egoísta la que me mantuvo cierto tiempo alejado de ti, de las cartas; tan sólo fue un silencio profundo, un silencio que me permitió meditar y reafirmar el gran y bendito amor que siento por ti. Esta ausencia tan sólo significó un silencio con sentimientos... un silencio amoroso.
Porque te sigo amando
como el primer día.
Siempre en ti,
siempre en mí,
siempre en nosotros...
Tu amor.
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